La primera parada son las huellas de la evolución, una especie de paseo de la fama con huellas de pies, desde el primer homínido encorvado hasta la pisada del hombre en la luna. Una buena forma de explicar la mejora en el modo de vida, desde los primeros pobladores hasta nuestros días, y el progreso tecnológico desde el origen.
El siguiente paso es una aproximación al uso primitivo de herramientas: cómo fabricar hachas, cuchillos o filos perfectamente cortantes a partir de cantos rodados, cómo tallar el sílex o cómo aprovechar hasta el interior de los huesos, la médula, cuando la comida escasea.
El viajero será testigo de las técnicas de los primeros hombres para plasmar sus emociones en las paredes. Arte rupestre a partir de agua, arcilla, pequeños tubos por los que soplar y sus propias manos.
En el parque arqueológico se ha recreado un poblado prehistórico, con sus cabañas y sus monumentos funerarios, que pueden contemplarse desde el interior. Aprender a cazar tirando con arco y flechas y con lanza y conocer los pasos para hacer fuego, transportan al visitante a un mundo ancestral.
Así que acercaté al Parque Arqueológico de Atapuerca y entenderás por qué has llegado a ser lo que eres hoy.
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